Indignación,
repulsa, asco! Estas son las sensaciones que producen, lo que estamos viviendo.
Y aparentemente, sin razón de ser. Por un lado, dinero ilegal y por otro
hambre igualmente ilegal.
Lo
realmente alarmante, es que el dinero que es de todos, muchos piensan que no es
de nadie y no se les ocurre otra cosa, mas que apropiarse de el, pensando que
nadie lo va a reclamar. Esto lleva al hastío y la desesperación. El
españolito solo puede ver, oír y callar.
Por mucho que se proteste, nadie oye las voces de los que realmente tienen
derecho a ser escuchados. ¿Qué estarán haciendo realmente con los ciudadanos?
Hay tantas versiones como analistas y partidos políticos. ¿Alguien sabe
realmente que está pasando?
La secesión de Cataluña, supone un grave
problema. Pero ¿se habrán preguntado todas esas mentes privilegiadas si no
tendrá prioridad para los españoles ,en estos momentos la solución del paro,
por ejemplo?
En los
momentos sociales más críticos, los que nos gobiernan, se han creado tal cúmulo
de preocupaciones que han dejado a un lado los asuntos de verdadero interés.
España es
un país de pícaros (estilo literario típicamente español) y como tal actuamos y
nuestros representantes, son fiel reflejo de lo que marca la sociedad. Como
ejemplo de esto que escribo, puedo recordar algo que una profesora de francés
(nativa de ese país) nos comentaba sobre la llegada de autobuses procedentes de
España a visitar Lourdes. Los guías, tenían órdenes de quitar todos los objetos susceptibles de ser sustraídos.
Hablo de hace 50 años y la verdad es que hemos evolucionado muy poquito desde
entonces. Probablemente cuestión de educación,
y de responsabilidad.
La
diferencia entre una dictadura y lo que tenemos ahora en España, es que en la
primera, se enriquecen solo unos cuantos y en “nuestra democracia” 446.000. ¿Hasta
cuando?