Estoy
completamente desencantada de la política. Estos meses, me han hecho ver, que
para ningún partido, contamos para nada. Me refiero a los ciudadanos, claro.
Deberíamos ser lo más importante para ellos y resulta, que con tanta
parafernalia, desaparecemos por completo. Así que he decidido cambiar de
tercio, e intentar ayudar a personas, que como yo, han tenido una vida plena,
en todos los sentidos y ahora, ya mayor y con recursos económicos limitados,
nos sigue preocupando nuestro aspecto físico y nuestra casa. Se pierde el
dinero, de mil maneras, pero el gusto y las ganas de bien-vivir, nos persiguen
siempre (¿gracias a Dios?)
Mi
sentido de la estética, me ha marcado siempre y lo sigue haciendo a pesar de mi
edad. Esto me hace sufrir, porque mi aspecto no concuerda con lo que en ciertos
momentos fui y aunque la cara no acompaña, aún conservo (hasta cierto punto) mi
tipo. Eso ayuda, a que la ropa me siente más o menos bien (dentro de un orden).
La pega
ahora, es que cuando eres joven, aunque la ropa no sea gran cosa, tu aspecto le
da prestigio, pero a mi edad, es la ropa la que debe darme ese “prestigio” y no
estoy en condiciones económicas, de elegir lo que mas me favorezca. Hay que
trabajar el doble y mirándolo bien, hasta cierto punto, eso da sentido a mi
vida. Todas mis decisiones, deben ir acompañadas de un largo estudio de la
situación. Resumiendo: debo comprar poco, pero escogido y cuando algo favorece,
hay que aprovechar, porque no hay mucho ahora, que resulte así.
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