jueves, 23 de julio de 2015

Lo mas importante en estos momentos tan críticos que nos ha tocado vivir, es no perder nuestras bases, en las que siempre hemos apoyado nuestros principios. Yo por ejemplo he hablado en alguna ocasión de lo que para mí significa la estética. No es una frivolidad, es una filosofía de vida y como tal la mantengo. Mi dignidad, pasa por ese sentimiento que en mí es fortísimo. Procuro por todos los medios a mi alcance, mantenerla aunque en determinados momentos me cueste conseguirlo. Pero estoy segura, porque la experiencia me lo ha demostrado, que si me dejara vencer y no actuara según mis criterios, terminaría desequilibrada. Necesito a mi alrededor orden, bonitos ambientes y en definitiva todo aquello que me hace la vida agradable y me da equilibrio. Por supuesto que para conseguir todo eso, es imprescindible el dinero, pero si no lo tengo, debo procurar que eso no me reste dignidad, que al final, es de lo que se trata. ¡Hay que mantenerse dignamente! Y ahí entra la imaginación y nuestro propio  orden de prioridades. Aunque en general esta situación no resulta especialmente cómoda, el resultado puede ser gratificante y hasta cierto punto, compensar. Darle vueltas a la cabeza, para conseguir algo que se pretende y sin los suficientes medios, a veces puede resultar y eso satisface una barbaridad. Habla la voz de la experiencia, que a mi edad, es mucha

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