Cuando
un sevillano se quería hacer una casa, le decía a su arquitecto: “hágame usted
un gran patio, unos buenos corredores y si espacio queda, me hace usted
habitaciones”. Esto puede ser un símil de lo que ha pasado en Europa. Tanta
fachada al exterior, que nos hemos quedado sin espacio, para atender a tantos emigrantes
como están llegando. Porque no nos engañemos, esto es una invasión del mundo
occidental en toda regla.
Primero
me dió por pensar, que esta crisis era una tercera guerra mundial, sin armas ni
sangre, capitaneada por Alemania (y que ésta por supuesto la iba a ganar ella.
A la tercera va la vencida, ó eso dicen). Ahora y viendo lo que se nos está
viniendo encima, creo (ojalá me equivoque) que nos están invadiendo estos países
que a fuerza de ver “grandes patios y estupendos corredores” han pensado que
tendríamos “habitaciones” de ese mismo calibre. Pero nada más lejos de la
realidad. Todo fachada al exterior y poco para compartir. Esta situación, nos
ha hecho ver lo que realmente se esconde tras tanta opulencia. Poco para
nosotros y menos aún para ellos.
¿Triste?
Por supuesto y decepcionante. Si tenemos en cuenta que nos creíamos en la cima
de la civilización y nos hemos dado cuenta de que si rascamos un poquito en
profundidad, llegamos enseguida al fondo de la más vil miseria. Esto es lo que
hemos conseguido, tras años y años de avaricia y malas praxis. El tercer mundo
y África en concreto, deslumbrado por lo que creyó (al igual que todos nosotros)
que tras esos grandes patios y enormes
corredores había también habitaciones, se aventuró a su conquista. Y…ó gran
decepción. Solo encontraron más maltrato, más hambre y más injusticia. ¿De
verdad podemos dormir con esto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario