Zona viva
miércoles, 20 de julio de 2016
El momento que estamos
viviendo, está dominado por la brevedad. Matrimonios que no duran, trabajos
precarios, sin posibilidad en muchos casos de continuidad, gobiernos en
funciones cada 6 meses, etc.…Lo que mas dura, en muchos casos, es la vida.
Vamos alcanzando cada vez más longevidad, pero no está claro que eso, sea una
ventaja. Mas tiempo cobrando pensiones (cada vez más raquíticas), más gasto
farmacéutico, una sanidad cada vez más precaria, etc.… En este caso, se puede
decir, que “mas, es menos” Mas tiempo, menos prestaciones. El mundo tal como lo
conocíamos, desaparece y no hay tiempo de recuperar lo perdido. Poco a poco, la
sociedad se deteriora, igual que el medio ambiente en que se desarrolla. Los
intereses económicos, nos dominan y estos están en guerra permanente con el
estado de bien-estar. Somos muchos y por ser mayores, mas costosos. Contra esta
realidad, solo nos queda reciclar, utilizar fuentes de energía renovables,
pero… ¿habrá tiempo?
Hemos perdido la opción de
un gimnasio, pero eso no quiere decir que dejemos de movernos. Si vivimos en un
séptimo piso, nadie nos puede pedir que los subamos a pié, pero si optamos por
coger el ascensor en el segundo, en vez de en planta baja, moveremos un poco
las piernas y al mismo tiempo el corazón y los glúteos. Cosas de este tipo, nos
ayudarán a mantenernos en forma, sin grandes esfuerzos y así sentarnos sin
remordimientos en el sofá, para realizar otras actividades mas sedentarias, que
ayudarán a fortalecer nuestro cerebro (leer, manualidades etc...)
Hacerse mayor, no es ninguna bicoca, pero la alternativa, es aún peor. La vida va pasando y te das cuenta, cuando ya prácticamente ha pasado. En algunas ocasiones, (las menos desgraciadamente), has podido cumplir tus proyectos, pero en la mayoría, como el hombre propone y Dios o la propia vida dispone, se han frustrado, sin posibilidad de continuidad. Vivir, no es fácil y es en circunstancias como éstas, donde eres realmente consciente de ello
En estos momento, nosotros y especialmente nuestros hijos, estamos desclasados. En nuestra época, cuando se terminaba una carrera (la que elegías, porque no existía la selectividad), abrías una consulta, un estudio, un bufete y a trabajar. Ahora, da igual la profesión que hayas elegido, que debes trabajar (cuando encuentras trabajo) a las ordenes del capitalismo y lo que cuenta, si quieres ser”alguien”, es ganar mucho dinero, en un corto periodo de tiempo. Este es el estado de cosas, que van a heredar nuestros descendientes Imagino que nadie, en su sano juicio, estará de acuerdo, pero reconozcamos, que no se puede hacer nada al respecto.
Hacerse mayor, no es ninguna bicoca, pero la alternativa, es aún peor. La vida va pasando y te das cuenta, cuando ya prácticamente ha pasado. En algunas ocasiones, (las menos desgraciadamente), has podido cumplir tus proyectos, pero en la mayoría, como el hombre propone y Dios o la propia vida dispone, se han frustrado, sin posibilidad de continuidad. Vivir, no es fácil y es en circunstancias como éstas, donde eres realmente consciente de ello
En estos momento, nosotros y especialmente nuestros hijos, estamos desclasados. En nuestra época, cuando se terminaba una carrera (la que elegías, porque no existía la selectividad), abrías una consulta, un estudio, un bufete y a trabajar. Ahora, da igual la profesión que hayas elegido, que debes trabajar (cuando encuentras trabajo) a las ordenes del capitalismo y lo que cuenta, si quieres ser”alguien”, es ganar mucho dinero, en un corto periodo de tiempo. Este es el estado de cosas, que van a heredar nuestros descendientes Imagino que nadie, en su sano juicio, estará de acuerdo, pero reconozcamos, que no se puede hacer nada al respecto.
miércoles, 6 de julio de 2016
Labios,
perfilados y con brillo. Le darán vida a la cara y no destacarán sobre el
resto. Sobre los ojos, no puedo aconsejar. Creo que cada una conoce sus
posibilidades. Desde luego, poco maquillados, siempre
No os
peleéis, con esos kilos de más. ¿Cuesta tanto perder peso a esta edad? Buscad
ropa, que no marque la silueta. Si aunque estemos delgadas, somos invisibles para todo el mundo. No
merece la pena, luchar contra corriente. A estas alturas, estamos como estamos
y lo que debemos conseguir, es un aspecto agradable, para nosotras mismas.
La ley
de la gravedad, está en la propia naturaleza y no se puede luchar contra ella.
Esta ley, tiene como “gravedad”, que todo tiende a caer y nuestro cuerpo, no va
a ser menos. Si nos fijamos bien, nada está donde estaba hace unos años. Todo
está un poco mas abajo y así seguirá, cae, que cae. ¿Se puede luchar contra
eso? Rotundamente no y así hay que admitirlo. Por lo tanto, no emprendamos
batallas, que de antemano están perdidas. Aliémonos con nuestro enemigo y
saquémosle el mayor partido a nuestro físico, aunque éste, no esté en su mejor
momento.
Yo,
hubo un momento, en que compraba lo que me gustaba (nunca fui caprichosa y no
me dediqué a almacenar) y me enteraba del precio, en caja, a la hora de pagar.
Pero esa época, pasó y ahora, estoy en el momento opuesto. Antes de decidirme
por algo, me fijo en el precio y eso, me ayuda a tomar la última decisión.
No solo
lo que llevamos marca nuestro estilo. Es importante, conocernos a nosotras
mismas y analizar nuestras posibilidades. Todo en nosotras, está ya un poco
deteriorado y a no ser que contemos con las posibilidades de algunas famosas,
lo ideal es que nada llame especialmente la atención. Por ejemplo, las manos.
Deben estar cuidadas, pero creo que le momento de uñas largas y de colores,
pasó. Mejor con esmalte de brillo y de un largo medio (yo las prefiero muy
cortas, pero ya sabemos que sobre gustos…) Las uñas de los pies, por el
contrario, se pueden permitir el lujo, de algún color y en este caso, se verán
mas bonitos e incluso os permitirán usar esas
sandalias, que de otro modo no os hubierais atrevido
El
maquillaje en general, a cierta edad, más que disimular las arrugas, las
convierte en pliegues. Debemos usar una crema hidratante con color. Favorecidas
e hidratadas. No se puede pedir más
viernes, 17 de junio de 2016
Siempre
he pensado, que mejor poquito y bueno (esto último envejece con dignidad), que
mucho y regular. Las rebajas, resultan una estupenda oportunidad, para
conseguir a un precio relativamente bajo, eso que tanto nos gusta. Algo en lo
que no debemos escatimar, es en bolsos y zapatos. No se trata de gastar mucho,
si no con cabeza, poquito y escogido. Un buen bolso y zapatos en consonancia
con el conjunto, pueden conseguir que un simple vaquero y una camisa, se
conviertan en un conjunto “estiloso” y por el contrario, un “importante” traje
de chaqueta, perderá su “importancia”, si los complementos son vulgares y poco
cuidados.
¡Gran
trabajo, buscar aquello que pensamos que es ideal, a bajo coste!
Otro
consejo en el momento de comprar: debemos recorrer varios establecimientos. Al
buscar prendas de precio reducido, podemos encontrarnos que otras personas, han
tenido la misma idea. Pues bien, si compramos en diferentes tiendas, para
organizar un modelito, será muy difícil que otras personas hayan hecho lo mismo
y será mas complicado que coincidamos.
En ropa
barata, huid de prendas estampadas. Todo en mundo sabrá a que establecimiento
pertenece y de esa manera, estará localizable su precio (y a nadie, salvo al
que paga, le debe interesar)
Ahora
por suerte, muchos diseñadores, se han dado cuenta de que la clase media, ha
desaparecido. Lo vendible es lo muy caro (de 500 € para arriba) ó lo muy barato
(+-20€) Desapareció el mercado de precios medios (100-2oo€). De esta manera,
hay diseños francamente bonitos a precios muy asequibles y marcas dedicadas a
un mercado “low cost”, muy interesante. Una de esas marcas (existente en el
Corte Ingles), es DAYADAY. Bonitos diseños en complementos, a precios más que
competitivos. Yo la descubrí en Jerez de la Frontera hace unos años y piqué. Compré un bolso
de algo parecido a la napa, con una cadena enorme, de algo parecido al carey.
Claro, que no era ninguna de las dos cosas, pero el efecto no podía ser más
bonito y a un precio de risa
Por eso
comento que una situación, algo precaria, te obliga a trabajar más la mente y a
dar vueltas, buscando algo que necesitas, que te guste y que esté dentro de tus
posibilidades. Garantizo que no es fácil, pero hasta cierto punto, apasionante.
Estoy
completamente desencantada de la política. Estos meses, me han hecho ver, que
para ningún partido, contamos para nada. Me refiero a los ciudadanos, claro.
Deberíamos ser lo más importante para ellos y resulta, que con tanta
parafernalia, desaparecemos por completo. Así que he decidido cambiar de
tercio, e intentar ayudar a personas, que como yo, han tenido una vida plena,
en todos los sentidos y ahora, ya mayor y con recursos económicos limitados,
nos sigue preocupando nuestro aspecto físico y nuestra casa. Se pierde el
dinero, de mil maneras, pero el gusto y las ganas de bien-vivir, nos persiguen
siempre (¿gracias a Dios?)
Mi
sentido de la estética, me ha marcado siempre y lo sigue haciendo a pesar de mi
edad. Esto me hace sufrir, porque mi aspecto no concuerda con lo que en ciertos
momentos fui y aunque la cara no acompaña, aún conservo (hasta cierto punto) mi
tipo. Eso ayuda, a que la ropa me siente más o menos bien (dentro de un orden).
La pega
ahora, es que cuando eres joven, aunque la ropa no sea gran cosa, tu aspecto le
da prestigio, pero a mi edad, es la ropa la que debe darme ese “prestigio” y no
estoy en condiciones económicas, de elegir lo que mas me favorezca. Hay que
trabajar el doble y mirándolo bien, hasta cierto punto, eso da sentido a mi
vida. Todas mis decisiones, deben ir acompañadas de un largo estudio de la
situación. Resumiendo: debo comprar poco, pero escogido y cuando algo favorece,
hay que aprovechar, porque no hay mucho ahora, que resulte así.
jueves, 31 de marzo de 2016
He estado casi dos meses en Madrid, alejada del
mundo de los políticos y lo único que tengo claro al volver, es que todos
ellos, me han decepcionado. No queda otra opción, que aprender a convivir con
la situación que han creado. Igual que se aprende a convivir con los traumas
(no se superan), hay que aprender a convivir con la ¡crisis! Debemos cuidar el
cuerpo (buenos alimentos) y reír todo lo que podamos. Solo existen estas dos
armas: cuidarnos y reírnos, ante todo del sistema que nos oprime.
En el primer grupo, está en juego la dignidad.
Debemos cuidar nuestro cuerpo, por dentro y por fuera y todo lo que nos rodea.
Esto ayudará a mantenernos con el entorno que teníamos antes de este feroz
ataque y al reírnos, recuperamos el optimismo y la fuerza necesaria, para
luchar ante la adversidad. He ido recopilando frases y chistes (con la ayuda de
mi hermana Susi y existe toda una colección, que incluso se pueden clasificar
por temas.
Para empezar, hablemos de la filosofía
“La filosofía sirve, para fastidiar la estupidez”
“La estupidez, es una asociación internacional”.
Si nos dejamos manipular sin más, actuamos como
estúpidos. Si reflexionamos, seremos menos estúpidos y por lo tanto, menos
manipulables.
Si no podemos influir en los demás, hagamos lo que
esté a nuestro alcance, sin fijarnos en lo que hacen nuestros vecinos. Hagamos
lo que consideremos correcto. Por ejemplo, no utilicemos el agua sin
control, utilicemos las papeleras,
reciclemos nuestra basura, etc.…
Hay situaciones, que parecen beneficiosas, pero en
el fondo crean insatisfacción. El consumo excesivo, no es más que una trampa.
Nos hacen creer que alcanzando todo aquello que nos ofrecen, lograremos la
felicidad. Eso nos lleva a querer más y más
y así hasta el infinito (y más allá).
Mi intención es poco a poco, ir incorporando recetas
de cocina (cuidado del cuerpo) y frases y chistes, que nos hagan reír(cuidado
de la mente). Esto nos hará mas fuertes física y mentalmente y nos ayudará en
definitiva a hacer frente a los que nos atacan (politiquillos).
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