lunes, 6 de octubre de 2014

Indignación, repulsa, asco! Estas son las sensaciones que producen, lo que estamos viviendo. Y aparentemente, sin razón de ser. Por un lado, dinero ilegal y por otro hambre  igualmente ilegal.
Lo realmente alarmante, es que el dinero que es de todos, muchos piensan que no es de nadie y no se les ocurre otra cosa, mas que apropiarse de el, pensando que nadie lo va a reclamar. Esto lleva al hastío y la desesperación. El españolito  solo puede ver, oír y callar. Por mucho que se proteste, nadie oye las voces de los que realmente tienen derecho a ser escuchados. ¿Qué estarán haciendo realmente con los ciudadanos? Hay tantas versiones como analistas y partidos políticos. ¿Alguien sabe realmente que está pasando?
 La secesión de Cataluña, supone un grave problema. Pero ¿se habrán preguntado todas esas mentes privilegiadas si no tendrá prioridad para los españoles ,en estos momentos la solución del paro, por ejemplo?
En los momentos sociales más críticos, los que nos gobiernan, se han creado tal cúmulo de preocupaciones que han dejado a un lado los asuntos de verdadero interés.
España es un país de pícaros (estilo literario típicamente español) y como tal actuamos y nuestros representantes, son fiel reflejo de lo que marca la sociedad. Como ejemplo de esto que escribo, puedo recordar algo que una profesora de francés (nativa de ese país) nos comentaba sobre la llegada de autobuses procedentes de España a visitar Lourdes. Los guías, tenían órdenes de quitar  todos los objetos susceptibles de ser sustraídos. Hablo de hace 50 años y la verdad es que hemos evolucionado muy poquito desde entonces. Probablemente cuestión de educación,  y  de responsabilidad.
La diferencia entre una dictadura y lo que tenemos ahora en España, es que en la primera, se enriquecen solo unos cuantos y en “nuestra democracia” 446.000. ¿Hasta cuando?

    

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