jueves, 22 de octubre de 2015

Hoy me han hablado maravillas de mis hijos, por guapos, educados y en resumen encantadores. La verdad es que me han hecho sentir bien.
Yo, sinceramente, he hecho lo que he podido, pero como todo en la vida, depende mucho de la “suerte”. Tú controlas a tus hijos, cuando los tienes en casa contigo, pero pierdes ese control, cuando se van y se relacionan con otras personas y mucho menos a “esas personas”. Ahí es donde interviene el azar.
Procuras formarlos lo mejor posible, pero llega un momento, en que los padres no pintamos nada. Les damos una buena educación, les creamos un sentido profundo de responsabilidad, todo el cariño del mundo y esperamos que ellos respondan. Es lo máximo a lo que podemos aspirar. ¡Por favor, que no se tuerzan!
En mi caso, he tenido mucha suerte. Son tres seres estupendos, que han cumplido mis expectativas y además, ¡los adoro!
Mi problema personal, es mi falta de fé. Creo (por mas vueltas que le doy o quizás sea por eso) que la felicidad está aquí y en esta sociedad en que vivimos, eso se consigue con dinero (que ahora escasea tanto) y de ahí mi obsesión.
Necesito, para mi bien-estar personal, que ellos estén bien y sean felices, trabajando en lo que les gusta y de manera honrada, bien remunerada, para que puedan viajar y conseguir los bienes necesarios, que sin preocupación cumplan sus (mis) expectativas.
Es cierto, que en muchos casos, nuestros hijos, están “desclasados”. Han vivido en casa de sus padres, mejor de lo que ellos son capaces de gestionar. En mi época, cualquier profesional, abría su bufete, su estudio, su clínica etc. y a funcionar. Ahora, está todo saturado y sobran titulados. De ahí que vivamos en una sociedad en la que los universitarios ponen copas y los que apenas tienen el graduado, dirigen el país. ¿Esto tiene sentido? Así nuestros gobernantes, se dedican a robar, porque no saben hacer otra cosa.
Por sus manos, pasan muchos cientos de millones de euros y hay que tener mucha ética y moral,
 para que aguanten la tentación. No podemos pensar que todo el que se presenta a político, vaya con esa intención. Creo que se corrompen, ante semejante panorama. ¿Cómo se explica si no lo que estamos viendo? Todos los días, detienen a alguno de nuestro gobernantes.¿Por que no dimiten? Eso es lo que mas daño hace. La impunidad ¿o no?”Dimito, no es un nombre ruso”


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